Editorial - Más extraño que la Ficción
Si el título de este artículo les suena familiar no es coincidencia. Tal es el título de una película poco publicitada que tuve oportunidad de ver el pasado fin de semana. Quizás hayan oído hablar de ella, o de la premisa en la cual se basa. Es la historia de Harold Crick, una persona común y corriente atascada en la rutina diaria. Un empleado del IRS (agencia de Impuestos de los Estados Unidos) que un día descubre que es el personaje "ficticio" de una obra literaria en producción y "lo que menos imagina" es que su autora planea matarlo. Por supuesto, cuando se entera, da inicio en forma a la trama. Suena a comedia barata, de esas que producen por montones los norteamericanos, verdad? Pues nada más alejado de la realidad.
Los autores de Más extraño que la Ficción se aseguraron de tratar a los personajes con respeto y de no hacer burla de su inverosímil situación, evitando al máximo los chistes gratuitos y fáciles. Sus protagonistas aportan su granito de arena para que sus interpretaciones sean reales, pese a que el papel principal parece en principio propicio para el absurdo. Lo que finalmente nos lleva al mensaje en cuanto a nuestro mundo comiquero (porque eso si, el mensaje de la película es uno muy diferente, que os invito a descubrir): No importa cuán ridícula pueda ser la premisa de una historia, lo importante es la forma como se desarrolla la idea y el respeto con que se la trata.
Esa lección nos la enseñó varias décadas atrás Richard Donner, justo antes de empezar a filmar la primera de las películas "modernas" de Superman. Donner le dejó muy en claro a su equipo de producción que debían tratar al personaje de Krypton con absoluta seriedad. Algo muy simple que su sucesor olvidó (y me refiero a Richard Lester, no a Bryan Singer, el último director en la franquicia), lo mismo que Joel Schumacher cuando filmó su Batman & Robin. Esta lección deberían aprenderla también algunos autores de cómics que aplican el mensaje pero al revés. Toman premisas muy buenas y las desarrollan de forma horrible, sepultando así lo que de otra forma habría resultado ser un nuevo clásico. Superman - Rey del Mundo me viene a la cabeza como un ejemplo del caso. Qué sucedería si Superman decidiera convertirse en amo y señor del mundo? En 1998 la serie regular desarrolló esta trama, usando un villano flojo, con un final y justificaciones desalentadoras. Además, dejaron de lado casi de inmediato las posibles consecuencias de esos actos. Algo que en mejores manos (o con mayor libertad creativa, para darles el beneficio de la duda a los autores) podría haber dado para varios meses de historias interesantes. Una trama similar tuvo Superman - Red Son, una serie no vinculada con la continuidad regular, que superó a su predecesora en un menor número de revistas y con mejores resultados.
Así que recuerden: No importa cuán ridícula pueda parecer una trama, vale tanto o más que la idea misma la forma como se ejecuta. El resto, llega por añadidura. Y si conocen a algún autor de cómics, recomiéndenle esta película. Si eres un fanático de historias fantásticas en un contexto urbano, ve a verla. Si te gustan las películas con mensaje pero que no parezcan un sermón de 70 minutos, qué esperas? Ve a verla. Te aseguro que Will Ferrell, Emma Thompson, Dustin Hoffman y Queen Latifah no te decepcionarán!
Los autores de Más extraño que la Ficción se aseguraron de tratar a los personajes con respeto y de no hacer burla de su inverosímil situación, evitando al máximo los chistes gratuitos y fáciles. Sus protagonistas aportan su granito de arena para que sus interpretaciones sean reales, pese a que el papel principal parece en principio propicio para el absurdo. Lo que finalmente nos lleva al mensaje en cuanto a nuestro mundo comiquero (porque eso si, el mensaje de la película es uno muy diferente, que os invito a descubrir): No importa cuán ridícula pueda ser la premisa de una historia, lo importante es la forma como se desarrolla la idea y el respeto con que se la trata.
Esa lección nos la enseñó varias décadas atrás Richard Donner, justo antes de empezar a filmar la primera de las películas "modernas" de Superman. Donner le dejó muy en claro a su equipo de producción que debían tratar al personaje de Krypton con absoluta seriedad. Algo muy simple que su sucesor olvidó (y me refiero a Richard Lester, no a Bryan Singer, el último director en la franquicia), lo mismo que Joel Schumacher cuando filmó su Batman & Robin. Esta lección deberían aprenderla también algunos autores de cómics que aplican el mensaje pero al revés. Toman premisas muy buenas y las desarrollan de forma horrible, sepultando así lo que de otra forma habría resultado ser un nuevo clásico. Superman - Rey del Mundo me viene a la cabeza como un ejemplo del caso. Qué sucedería si Superman decidiera convertirse en amo y señor del mundo? En 1998 la serie regular desarrolló esta trama, usando un villano flojo, con un final y justificaciones desalentadoras. Además, dejaron de lado casi de inmediato las posibles consecuencias de esos actos. Algo que en mejores manos (o con mayor libertad creativa, para darles el beneficio de la duda a los autores) podría haber dado para varios meses de historias interesantes. Una trama similar tuvo Superman - Red Son, una serie no vinculada con la continuidad regular, que superó a su predecesora en un menor número de revistas y con mejores resultados.
Así que recuerden: No importa cuán ridícula pueda parecer una trama, vale tanto o más que la idea misma la forma como se ejecuta. El resto, llega por añadidura. Y si conocen a algún autor de cómics, recomiéndenle esta película. Si eres un fanático de historias fantásticas en un contexto urbano, ve a verla. Si te gustan las películas con mensaje pero que no parezcan un sermón de 70 minutos, qué esperas? Ve a verla. Te aseguro que Will Ferrell, Emma Thompson, Dustin Hoffman y Queen Latifah no te decepcionarán!
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